Al violín la acompañó mi dueña, Louise Miliband (no valen chistes con el apellido, que me enfadaré). Pero ella no se entera de nada. Es ponerse a escuchar/tocar a Brahms y no se da cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Por no ver, no vio ni las miraditas que Gordo-Gordon y la Rice se echaban…

Bueno, para acabar, que sepáis que el origen del nombre de la señora Rice, Condoleezza, se lo puso su madre, que era maestra de piano. Según oí ayer cuando comían los canapés, Condoleezza viene de “con dolcezza”, una norma musical. Y mi Gordo-Gordón, ¡cómo babeaba mientras ella hablaba!
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