No le invitan ni a los cumpleaños...

Estoy solo, muy solo. Me aburro aquí en Moncloa, todos los días encerrado. Resulta que Sarkozy ha tomado la voz cantante y ahora se va a reunir el G20, para hablar de la crisis... ¡y nosotros no estamos!

Perdón, primero tengo que presentarme, que hay que ser educados. Mi nombre es Pepe Rodríguez, pero me suelen llamar Pepe Zapatero.

Aquí me tenéis, en el patio de mi casa. Parece muy desastrado, pero Moncloa siempre ha estado así. Las escaleritas que salen en las fotos las limpian todas las mañanas, pero de grande que es esto, cuando llega al patio trasero, el personal de la limpieza ya se ha cansado, y así se queda.

Bueno, como os decía, Sarkozy, que no quiere ni oír hablar de su país, está de gira por el mundo, y la próxima parada que va a hacer es la reunión del G20, que vaya nombre más original, diréis. Pues sí, todos los grupos de cualquier cosa son G nosequé, ¡así cualquiera se pierde!

Mi dueño, el señor Zapatero, está que se muere de ganas por ir. Todas las noches se lo dice a Sonso, mi dueña. Incluso hay veces que veo que, por las noches, de rodillas en su cama, habla solo y dice que si le consigue una invitación para la reunión, pues que tachará la X de la Iglesia, o algo así.

No sé porqué tiene tantas ganas de ir a la reunión, no lo entiendo: si parece que todas son aburridísimas...

Estoy pensando en convocar una reunión para todos mis compañeros los perros de los presidentes. Lo llamaremos el P20 también, pero no invitaré a Jean Pierre Sarkozy, ni tampoco a Britney Bush, que a ella le quedan dos telediarios. ¡Y que sepan lo que sufre mi dueño cuando se queda solito en Moncloa, aguantando a Rajoy!